27 de noviembre de 2010

Un sueño demasiado caro

Formar una banda de música siempre ha sido la ilusión de muchos jóvenes. Pero no todo es tan idílico como parece, la realidad muestra que hacerlo es sinónimo de perder dinero y mucho esfuerzo. La aparición de Internet ha supuesto un soplo de aire fresco para esas bandas que luchan por hacerse un hueco en la música.

El 16 de junio de 2010, la banda británica Muse congregaba en el estadio Vicente Calderón a más de 40.000 personas, en un concierto que acaparó titulares en toda la prensa general y especializada, y por cuyas entradas sus asistentes pagaron un mínimo de 42 euros. Meses después, en septiembre ofrecían su música ante un abarrotado estadio de Wembley, con capacidad para 90.000 personas, habiendo colgado el cartel de ‘no hay billetes’ durante los días previos al espectáculo. Con cinco discos de estudio, once años de experiencia a sus espaldas, una facturación de beneficios cada vez más creciente, y una legión de fans alrededor del mundo, constituyen el ejemplo perfecto de una banda en firme ascenso y con éxito en el mundo de la música.

Un mundo en el que no todo es llenar estadios y sacar discos demandados por millones de fans. Detrás de bandas consagradas como Muse, Metallica, Bon Jovi o Mägo de Oz, existen formaciones que día a día pelean por el mismo sueño que en su época persiguieron The Beatles o los Rolling Stones. Son esas bandas que no aparecen en los periódicos, ni suenan en las principales emisoras del país. Ya sea por mala suerte, falta de apoyo, o por haber tomado una decisión incorrecta en el momento menos adecuado, no han conseguido cumplir el objetivo que toda banda desea.

“No tener que compaginar la música con otros trabajos, sino poder dedicarnos enteramente a ello, sería nuestra propia definición del éxito”. Son palabras de Gabriel Montes, bajista y vocalista del grupo madrileño Sexy Zebras, formado por el propio Gabriel, José Luna y Samuel Torío. Los tres llevan desde el verano del año 2005 peleando por su sueño: triunfar y conseguir llevar el nombre y los sonidos de Sexy Zebras a los oídos de toda España. “Nosotros no nos paramos a valorar cosas románticas como hacer lo que nos gusta, porque eso ya lo estamos haciendo. Lo que queremos es poder vivir de la música”.

La música no es rentable
La música, al contrario de lo que pueda parecer, no es rentable en absoluto. Muchos músicos invierten cada mes gran parte de su dinero y de su tiempo en una ilusión, sin saber nunca a ciencia cierta si alguna vez conseguirán recuperar la inversión. “Y no porque sean buenos o malos, hay grupos muy buenos que por falta de suerte u otros factores, no consiguen nada”, señala José, guitarrista de Sexy Zebras. En muchos países, el Estado pone a disposición de todo aquel que lo solicite ayudas económicas, destinadas a agrupaciones musicales de nuevo cuño o en desarrollo. En España, según los servicios de información al ciudadano del Estado, de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, la existencia de ayudas similares a la música son escasas o inexistentes. Para hacerse una idea de los gastos a los que debe enfrentarse una banda de pequeñas características, el precio de alquiler de un buen local de ensayo en Madrid raramente es menor de quinientos euros.
 
Pese a todo, en la sociedad existe el debate generalizado de que el precio de los discos es abusivo para el consumidor. Incluso, muchos lo califican de robo y estafa. Y aunque parezca contradictorio, también muchos artistas comparten la opinión de que “es una injusticia que el precio de los CDs sea tan alto”. Así opina Alejandro Morales, batería de la banda Paranoid, formada por cuatro estudiantes de Madrid hace escasos meses. “Es obvio que los músicos tenemos que recibir un beneficio por nuestro trabajo, pero es bestial lo que han subido los precios de un disco. Recuerdo que antes una cinta de cassette podía valer unos cuatro o cinco euros, ahora un CD vale aproximadamente veinte. Son cuatro veces más, y eso, es demasiado”.

El centro de la polémica en torno al precio de los discos es el porcentaje de los beneficios que va a parar a manos de distribuidoras y discográficas. Por ejemplo, “por la venta de un trabajo que valga doce euros en el mercado, en España el artista percibe una cantidad cercana a un euro en concepto de royalties (pagos por derechos de autor). El resto va a parar a manos de participantes intermedios en el proceso de producción del mismo”, apunta Gabriel, de Sexy Zebras. “El que diga que veinte euros es caro por un disco, no sabe lo que conlleva y el trabajo que cuesta hacerlo. Pero también es una broma el porcentaje que se quedan el distribuidor y la discográfica”. Actualmente, la aparición de las descargas digitales, impulsada por plataformas como iTunes, permite al usuario pagar un precio menor por el trabajo de un artista, ya que quedan eliminados algunos gastos intermedios, como los de distribución.

Promoción en internet
Además de la posibilidad de ofrecer al público su trabajo en formato digital, la irrupción de internet ha dado a los artistas una nueva vía de comunicación para darse a conocer a la gente. Hoy en día, cualquier grupo medianamente asentado tiene su propio sitio en el ciberespacio, lo que les permite difundir libremente su imagen al público y mantener un contacto más estrecho con sus seguidores. Desde Extremoduro a Linkin Park, pasando por grupos de menor calado como Love of Lesbian o The Right Ons, todos tienen su propio espacio en la red. 

Internet también ha supuesto una alternativa publicitaria para muchos grupos, que no pueden pagarse una campaña de publicidad en medios cuyos costes económicos superan con creces a los necesarios para publicitarse por la red. La diferencia entre el coste de llevar a cabo una campaña de publicidad en la red, y el de realizarla en otros medios, es abismal. Las opciones que brindan espacios como MySpace o Facebook son increíbles, y el coste es relativamente inexistente. “A nosotros, excepto los amigos más cercanos, todo el mundo que nos conoce lo ha hecho gracias a internet”, expresa José, de Sexy Zebras. “Antes de sacar el disco en MySpace nadie nos conocía, y después de hacerlo llegamos a tener 2000 o 3000 escuchas diarias en la página. Eso sólo lo consigues gracias a la red”. 

El nacimiento de la red ha supuesto un nuevo camino repleto de opciones para todas aquellas bandas que luchan sin descanso por cumplir sus ilusiones, negándole a Calderón de la Barca aquello de que “la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Y es que siempre existirá esa creencia innata en el ser humano de que los sueños, en palabras de Alejandro, “se pueden conseguir con trabajo, esfuerzo, e ilusión”.

Fuente de la fotografía: Muse.mu

No hay comentarios: