12 de octubre de 2010

Entrevista a Javier Crespo, nadador paralímpico

"Antes de competir, pienso que el de al lado no me va a ganar"

Cuando tenía 12 años, sufrió un accidente practicando deporte. Saltando vallas, se le enganchó la pierna con una de ellas y cayó al suelo golpeándose la cadera. Ahora, con 34 años, Javier Crespo ostenta varios récords de España y de Europa, ha participado en los Juegos Olímpicos de Pekín y Atenas, y aún así compagina el trabajo con la vida deportiva.

P.- ¿Qué le llevó a elegir la natación como deporte?

R.- La primera operación me la hicieron con 12 años, y los médicos me dijeron que tenía dos posibilidades si quería seguir haciendo deporte: ciclismo o natación. El ciclismo no me gustaba, así que elegí nadar.

P.- ¿Cómo fueron sus inicios en la natación?

R.- Empecé a nadar por mi cuenta, hasta el año 2000 con los juegos de Sidney. Ese año llamé a la federación, y tras nadar 200 metros durante el calentamiento, me dijeron que estaría en el próximo campeonato. Y poco después conseguiría las mínimas para el campeonato de España. Fue todo muy rápido.

P.- ¿Cuántas veces entrena a la semana, y cuántas horas?

R.- Depende del año. Por ejemplo, este año que hay campeonato europeo, nado unas 2 horas y media o tres diarias de lunes a viernes, y después estoy una hora en el gimnasio. Si es año olímpico, al ser más exigentes las mínimas requeridas, además del entrenamiento normal intento nadar una hora adicional todas las mañanas antes de ir a trabajar.

P.- Compagina el deporte con el trabajo y la vida privada, ¿cómo es un día en su vida?

R.- Trabajo ocho horas diarias, y en ocasiones hasta diez. Cuando salgo de trabajar, voy a entrenar, y cuando llego a casa continúo con mi trabajo unas dos horas más. Si es año olímpico, pido permiso en el trabajo para poder llegar a las horas de entrenamiento, y ese tiempo lo tengo que recuperar posteriormente cuando pueda.

P.- ¿Qué le aporta la natación?

R.- Me sirve para centrarme, saber qué es lo que quiero y fijarme unas metas. Normalmente también me quito el estrés en la piscina, aunque en ocasiones puede llegar a ser todo lo contrario, en especial antes de grandes citas.

P.- ¿Sigue alguna dieta?

R.- Puedo comer de todo, aunque evito cosas como los bollos o las patatas fritas. No sigo ninguna dieta en especial, pero es obvio que tengo que cuidarme, dada la exigencia requerida a los deportistas becados.

P.- ¿Qué se siente al conseguir un récord de España o de Europa?

R.- Es un subidón, significa que has trabajado bien. Nadie te va a quitar ese récord fácilmente, y es un orgullo conseguirlo, aunque hasta pasado un tiempo no te das cuenta de lo que has hecho.

P.- Antes de una prueba importante, ¿se relaja o mentaliza de alguna manera determinada?

R.- Antes de competir, cojo mis cascos y me voy por ahí con mi música. Visualizo como quiero que sea la carrera, y pienso que el de al lado no me va a ganar. Aunque luego en el momento de saltar a la piscina lo que pienso es que lo verdaderamente importante es haber llegado ahí.

P.- ¿Ha tenido algún momento duro que le hiciera pensar en dejarlo?

R. Sí, claro. De hecho, el año de mis primeros JJ.OO, los de Atenas, estuve a punto de dejarlo. Veía que los 8.000 o 10.000 metros diarios no servían para nada. Luego cuando consigues los tiempos cambias de idea, pero sí que sobre todo tras cada año olímpico lo piensas.

P.- Cuando llegue el momento de dejarlo definitivamente, ¿se ve ligado al mundo de la natación, o por el contrario desconectará por completo?

R.- No competiré a este nivel, pero seguiré haciendo deporte. Ahora intento compaginar esto con el arbitraje, así que no dejaré de lado el mundo de la natación. Y me gustaría ser entrenador algún día.

P.- ¿Hasta cuándo se ve compitiendo?

R.- Los próximos JJ.OO serán los últimos en los que participe. Me gusta hacer deporte pero me limita de cierta manera en mi trabajo, no puedo asumir más responsabilidades de las que ya tengo si entreno 4 horas al día o me paso dos meses en alguna competición.

P.- ¿Resalta o recuerda con especial cariño alguna anécdota desde que está en este deporte?

R.- El momento de entrar por primera vez en un estadio olímpico. O las concentraciones, donde conoces a gente nueva y a los novatos.

P.- ¿Qué se siente al participar en unos juegos olímpicos?

R.- Para cualquier deportista, ya sea discapacitado o no, es lo máximo dada la dificultad de poder competir en ellos. En mi caso me quedo con los JJ.OO de Pekín, tanto a nivel de diplomas olímpicos como de tiempos, aunque los de Atenas tampoco estuvieron mal.

P.- ¿Cómo es el ambiente dentro de la natación entre los nadadores?

R.- El mundillo de la natación es muy reducido, y aunque de vez en cuando aparece alguno nuevo, nos conocemos todos. Hay muy buen rollito gracias a eso, y se nota en las concentraciones y en las piscinas.

P.- ¿Cree que el deporte paralímpico tiene la suficiente valoración dentro de la comunidad deportiva?

R.- No, y como ejemplo sirve la cobertura televisiva que se dio al deporte paralímpico durante los últimos Juegos: 200 horas de las 2400 totales que se ofrecieron. Deberíamos tener las mismas oportunidades que los demás, pero como no vendemos, pocos récords paralímpicos salen en los periódicos.

P.- ¿Cuál es el nivel de la natación adaptada nacional en comparación con la internacional?

R.- En Atenas se consiguieron muchas medallas. En Pekín se han conseguido buenos tiempos, y seguramente se vuelva a hacer en Londres. Pero por el mero hecho de no ser remunerado y no ser tratados como profesionales, estamos lejos de potencias como Estados Unidos o Australia.

P.- ¿Admira especialmente a algún deportista?

R.- Hay varios que me gustan, como Ian Thorpe o Michael Phelps. También Kosuke Kitajima, un bracista japonés.

P.- ¿Cuál es su opinión sobre los llamados bañadores “mágicos”?

R.- Si son sólo de tela yo si los permitía. Pero si son de poliuretano no, ganas demasiado tiempo. Con ellos la flotabilidad es mucho mayor y la resistencia al agua es casi nula.

P.- ¿Qué consejo le daría a alguien que está empezando en esto?

R.- Todo depende de las ganas que tenga. Si le apetece de verdad y puede con ello, que siga adelante. Pero tiene que entender que cosas como la fiesta no son compatibles a veces con esto.

P.- ¿Cuando se retire, qué se va a llevar de la natación?

R.- Me llevaré a mis amigos, es gente con la que he estado diez años. También muchas experiencias, recuerdos de muchos campeonatos, y el pensamiento de que mereció la pena todo.


Desde aquí quisiera dar las gracias a Javier Crespo por acceder a la entrevista y por ofrecernos ese rato tan bueno. Un crack tanto dentro como fuera de la piscina.