3 de septiembre de 2011

Una historia casi divertida

ENRIQUE ZAFRA. Madrid. No muchas películas consiguen ser vistas con una buena sonrisa en la cara. Y aún menos que cuando acabe la película, esa sonrisa te dure durante todo el día, después de llegar a su final. Una historia casi divertida (2010) es una de esas películas, y no precisamente por la novedad de su historia, ya que podemos ver relatos ciertamente similares en trabajos como, por ejemplo, Alguien voló sobre el nido del cuco.

La película comienza con Craig (Keir Gilchrist), adolescente de 16 años con alguna que otra tendencia suicida debido a sus problemas personales, que le llevan a requerir asistencia médica ante su miedo a llevar a cabo alguna absurda idea. Es internado en un centro psiquiátrico, donde descubrirá que la vida es algo más que un puñado de problemas. Bobby (Zach Galifianakis), uno de los pacientes, se convertirá en su mentor y consejero, y con su ayuda comenzará a conocer algo mejor a los pacientes del centro, en especial a Noelle (Emma Roberts). Durante su estancia, Craig descubrirá que la vida no siempre suele estar en los grandes momentos, y que no hace falta realizar actos extraordinarios para ser feliz, sino aprovechar los buenos y pequeños momentos que el tiempo va trayendo.

La película, dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, cuenta con un estilo impecable, que nos recuerda a películas de similar factura como Little Miss Sunshine, Juno, o 500 días juntos. Capítulo aparte merecen los actores principales, en especial un Zach Galifianakis al que vemos algo alejado de su particular papel de "tonto bonachón" en trabajos como Salidos de cuentas o Resacón en Las Vegas. En esta ocasión, interpreta magistralmente el papel de Bobby, uno de los internos del centro que, a pesar de convertirse en el mejor amigo de Craig, tardará en compartir su verdadero problema. Comparten guión un genial Keir Gilchrist, una especial y muy sexy Emma Roberts, y una terna de internos a cada cual más loco, que harán que el espectador se convierta por un momento en un paciente más del centro.

Junto a los actores, una buena banda sonora y una delicia de guión hacen de la película un imprescindible si quieres sonreír durante los 97 minutos que dura. Mención especial a la escena-homenaje, con ese look ochentero, de la canción Under Pressure de Queen. Además, gustará a los fans de la serie Cómo conocí a vuestra madre, ya que reconocerán en el doblaje al castellano a dos de los personajes principales de la serie. En resumen, Una historia casi divertida es una joya de película que nos enseña que la vida, a pesar de que a veces nos ponga trabas, merece ser vivida.





PD: Inexplicablemente, al parecer la película no fue traída en su momento a las salas españolas. No he podido conseguir el tráiler en español, así que os dejo el inglés original.

Ficha en filmaffinity.com: Una historia casi divertida.