16 de octubre de 2011

Registros e identificaciones en la URJC


ENRIQUE ZAFRA. Madrid. La gran cantidad de alumnos que acudían ayer a sus clases, se encontraron con una desagradable sorpresa en las puertas de la Universidad Rey Juan Carlos. La muchedumbre se agolpaba en los accesos al campus de Fuenlabrada de la citada institución, debido a que los guardias de seguridad del propio campus denegaban el acceso al mismo. Tan sólo cedían el paso a aquellos que se identificaran debidamente con el carnet que les acreditara como estudiantes de la Universidad, y siendo registrados previamente sus enseres personales. También el acceso de coches se encontraba colapsado, al concentrarse la multitud de vehículos que acuden cada día al recinto en la rotonda anterior al mismo, debido a la previa acreditación solicitada. Según contaron diversos estudiantes, los guardias de seguridad apostados en dicho acceso llegaron a solicitar el registro de algunos vehículos, a lo que se negaron la mayoría de los conductores. El motivo de estas acciones fue una convocatoria de fiesta en el campus a través de una conocida red social.


Una vez disuelto el atasco existente en los accesos al campus, algunos estudiantes se personaron en el edificio de gestión de la universidad, con el objetivo de formalizar una queja contra los responsables de lo ocurrido, pidiendo explicaciones y demandando consecuencias. Recogido y rellenado el formulario, dedicaron parte de la mañana a una recogida de firmas que respaldara y diera peso a la queja, siendo remitida posteriormente a la atención de Don Pedro González Trevijano, rector en funciones de la Universidad Rey Juan Carlos. Así mismo, copias de la misma serían mandadas al Defensor del Universitario y al Decanato de la Facultad de Comunicación.

Antecedentes
Un suceso ciertamente similar tuvo lugar en el año 2006. En aquella ocasión, y casualmente coincidiendo también con la presunta celebración de un botellón en el campus, éste fue desalojado por las fuerzas de seguridad privadas de la Universidad alegando un aviso de bomba. Posteriormente, serían también registrados los enseres personales de los alumnos que quisieran volver a entrar en las instalaciones universitarias. Directivos de la propia institución alegarían que dichos registros y la llamada a la Policía Local de Fuenlabrada estuvo motivada por dicho aviso de bomba. Sin embargo, fuentes del Ayuntamiento de la localidad afirmarían entonces que el motivo del desplazamiento de miembros de la Policía se debía a la organización de un botellón multitudinario, coincidiendo con la versión de los alumnos, lo que provocaría la indignación del conjunto estudiantil.


Lo ocurrido ayer en el campus de Fuenlabrada se suma a la ya cada vez más extensa lista de protestas estudiantiles por la dirección de esta universidad madrileña. Las más recientes en febrero de este mismo año, mes en el que multitud de estudiantes se personaron en el rectorado de Móstoles para protestar ante los recortes que la institución pública finalmente ha llevado a cabo, desoyendo las peticiones de sus universitarios. Si nos remontamos un año antes, en el 2010 también se vieron actos de protesta en Móstoles, pero en aquella ocasión con motivo del recorte interno de convocatorias de examen en las antiguas titulaciones. Y es que si atendemos a los precedentes de esta joven Universidad, observamos que aquello de meter la tijera no es algo ajeno a sus dirigentes.

Reacciones
En Twitter no tardarían en llegar las reacciones de muchos estudiantes. La gran mayoría se preguntaban, haciendo uso de los hashtags #URJC o #indignaciónURJC, si entraba dentro de la legalidad que se les impidiera la entrada a unas instalaciones públicas, como lo son las de la Universidad Rey Juan Carlos. Además, mostraban su estupefacción sobre el hecho de que algunos profesores tuvieran que salir a la puerta de acceso al campus, para identificar y dar paso a sus alumnos con motivo de prácticas y exámenes en sus asignaturas. Medios nacionales, como el diario El Mundo, también se hacían eco de lo ocurrido en la mañana del viernes en el campus de Fuenlabrada.

Fotografía: Javier Portillo (@port_91).

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